El Guerrero retoma la senda




 Cerca de la montaña, lejos, muy lejos de la granja, muy lejos de sus amos y con un notorio cansancio, se encuentra un viejo perro cazador .

Me encuentro perdido entre dos caminos y he decidido regresar a mi camino original. 
Que he de hacer entonces , primero que nada no debo desesperarme, no he desaparecido del espacio, simplemente no se donde estoy o no estoy donde querría estar. Por lo tanto debo orientarme. pensaba el perro.
Lejos posado en una cerca lo observa un gran cuervo negro
 ¿Por donde sale el sol? te pregunto a ti, pájaro de la noche, tú que has conversado con la oscuridad, besado los labios de Hades y dormido bajo la luna de caín. _ ¿Por donde se esconde?

Viejo perro de la montaña, tú que has caminado bajo el sol y ahuyado a la luna. Ya tienes algo claro, tu Norte al menos. Mira el cielo. ¿Dónde se haya el arquero celeste? ¿Dónde la cruz del Sur?. Querido amigo respondió el cuervo.
Reconstruye mentalmente el camino andado. ¿En qué punto exacto dejastes tu camino original? 
No estás solo. Hay hermanos contigo, recurre a ellos por ayuda, que de seguro responderán. Si es de noche, te aconsejo no moverte. No sabes que encontrarás en el bosque. tal vez hallarás guardianes, pero de seguro que brujas saldrán a tu paso también. Espera a que el sol salga y camina de día. Raciona tus alimentos, el agua, tu aliento y tus latidos. Puedes demorarte algún tiempo en regresar. Si es invierno y está todo nevado debes ser más cuidadoso todavía. El paisaje es más homogéneo, el camino más difícil de reconocer. Cuídate del frío, abriga especialmente tus patas. Si has llegado demasiado lejos, tendrás que esperar los deshielos primaverales para regresar. Mientras tanto, esfuérzate en dejar señales que otros hermanos puedan reconocer. Si quieres ayuda, si quieres ser visto, debes hacerlo notar. Si estás verdaderamente perdido, quedarte inmóvil y encerrarte no ayudará.
Estoy cansado cuervo,  inquirió el perro, quiero dormir, no se donde ir, pero te escucho.
Debes por sobre todo, y ojo por sobre todo no rendirte jamás, no te dejes estar, no te sientes, si lo haces, el manto gélido de la muerte te hará suyo.

Si realmente quieres regresar, busca un río. Tarde o temprano, llegarás a las arenas tibias del mar.

Asi lo haré cuervo, vociferó el viejo perro y camino continuó.




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