Por amor al odio

 Me pareció interesante el texto de mi gran amigo adolfo "Athal Wolf" un lobo solitario como ese de la poesía de Rubén Dario. Un texto que me recuerda a Syd Vicius, es un escupo el cara, ruge, grita, humilla, clama y le duele. Eso me provoca por lo tanto merece ser reconocido como un perdón de nuestros pecados...castígate...huye...gime...
 
 Grande Lobo Solitario
 
"Por interés de calmar mi pensamiento me di a la tarea de cerrar capítulos inconclusos
De completar el circuito de mi historia, para eso apague el orgullo y ahogué el rencor
Para buscar libremente a toda esa gente, que de una forma u otra, para bien o para mal…
me marcó…

Quise escuchar sus razones, los motivos se volvieron cruel verdad, y apaciguado de espíritu, domesticado en mi ingobernabilidad, me sumé al montón de gente que solo busca la conformidad…
La necesidad de ser querido, y para eso tuve que olvidar el odio, las mañas, el paso de los años y el olvido, tuve que decir que “si” para ser reconocido, tuve que masticar mi desprecio para ganarme un lugar en su nido…
Tuve que estrechar la mano del que me odiaba en silencio, y llamar al gusano “amigo”,
tuve que involucrarme en ese mundo perfecto de sonrisas y apretones de manos sin sentido..
Di palmetazos en la espalda para evitar el castigo, el castigo del silencio que es el mas común de los castigos….

Me cambie por compuesto, la irreverente locura, puse un poco de romanticismo, cauto y sereno, a las letras rojas de lujuria…
Quemé el cuaderno negro de letras ensangrentadas, esas que narraban mil noches de dolor, para escribir en tinta verde los papeles blancos de dulces esperanzas inventadas para caerles mejor…

Y no fue suficiente, no bastó con llorar, mis palabras no significaron nada solo sollozos patéticos de un cuarentón que busca la paz…

Me bebo una copa de vino, rojo espeso casi negro como mi sangre de poeta, en mi mente se repiten las imágenes de mi vida, Como un cinema en blanco y negro, el viejo Chaplin y sus candilejas…el rudo Bogart y su dura despedida…

No puedo decir que estoy limpio, mi corazón no ha cambiado, casi se domesticó, pero las cadenas de las costumbres, no me detienen en mi remetida, me levando fuertemente para enfrentar los dientes afilados de la vida…

Quise aceptar lo inaceptable, compareces ante el gran jurado haciendo personal mi defensa,
Hablar por mi mismo sin ningún abogado que distorsione la verdad amparado en la blancura de la letra…

Me adapto, me ignoran, me someto, me dominan, perdono, me abandonan…
los busco…no me miran.

Ellos en su burbuja de santa dignidad, yo en mi charco de lodo, no me acerco a ellos…no los quiero ensuciar.

Una llamada por teléfono, me conformo con escuchar su voz, imaginando una familia de hermanos, esos que no esconden la mano ni condicionan su amor…

Pero soy solitario y mal entendido, la sombra del desprecio me marcó desde la niñez
Pero hice a un lado lo mal vivido, para poder tener de cerca la que siempre busqué…
Mas no fue suficiente…no doy el ancho de la pulcra y santa serenidad
Soy tan insolente como insolente es mi porfía …."
 
De Adolfo Silva

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