Baudelaire

Uno de mis poetas favoritos fue el gran Charles Baudelaire, de origen frances, por la época de 1827 - 1867. Recuerdo que fue uno de mis primeras intervenciones y libros de culto en la enseñanza media y universidad. Aún tengo en mi poder una traducción de Nydia Lamarque, su más ferviente admiradora y su traducción al español más legítima. Recuerdo largos paseos por el parque Bustamente o Mapocho, leyendo y releyendo en algún sucucho escondido, aislado y lejos de todo el mundanal ruido. Una botella de vino, un paquete de cigarrillos, a veces compañia a veces solo eran testigos de un culto que aun mantengo. A veces al caer el sol ...recurro  al SEMPER EADEM o al inmejorable "Castigo del orgullo" donde su crítica se concentra el el doctor que repudió a Jesús, luego de ser su mejor aliado. Entre tanta blasfemia, Baudelaire no solo divinizó lo corriente y lo sutil, también lo hiso con lo olvidado, lo sucio le dió un respiro, sacó ronchas en los más pudientes, escandalizó, amado y odiado, clásico o romántico, satánico o angélico, padre del simbolismo o precurso de este. Lo que si sabemos quienes hemos leído su trabajo es música, solemne y majestuosa.
Para muestra un botón de rosas, sólo uno ya que el ramo lo forman miles de pétalos que aun palpitan dentro de mi corazón.

El vino de los amantes.
Le vin des amants, Charles Baudelaire (1821-1867)

¡Hoy es espléndido el espacio!
Sin freno, ni espuelas, ni brida,
Partamos a lomos del vino
Hacia un cielo mágico y divino.

Como dos ángeles torturados
Por un implacable placer
En el cristal azul del amanecer
Sigamos tras el espejismo.

Balanceándonos sobre el filo
Del torbellino inteligente,
En un delirio paralelo,

Hermana, navegando juntos,
Huiremos sin tregua o reposo
Al paraíso de mis sueños.


    

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