Muchos son los recuerdos que tengo de mi hermosa infancia, cuando la simpleza de las cosas contenían una pasión lejos igualada en los años siguientes. Imágenes y recuerdos vienen a mi cabeza; la bella niña que observaba, todos los días salir del colegio, mis amigos que ya han partido, mis abuelas, ya que sólo tuve abuelas, el rincón de la casa que fue mi preferido, los libros de aventuras y la brisa en primavera. Una de las imágenes que con los años se ha mantenido, es aquella que aparece entre sueños algo confusa, la nostalgia podría haberse trasladado hacia el lenguaje de lo onírico, mientras la cordura sólo se impregna de obligaciones, superficialidad y el día a día. Una imagen llena de cometas que recorren el cielo desde Sur a Norte, esa es en definitiva, la imagen que en algún momento de la noche comienza a presentarse muy ligeramente y tímidamente sobre mi cabeza, esa imagen además, viene acompañada de la brisa en primavera, creo que es una de las imágenes más bellas que he podido guardar en mis sueños y recuerdos.
Cruzan el cielo mientras la brisa roza mi rostro con el aroma de los ciruelos y el nogal.


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