El fuego de la torre



La última vez que pude apreciar el fuego de la torre, se presentó una noche cualquiera en la casa de mis padres. Estabamos junto a mi familia, cuando en la inmensidad de la noche se pudo sentir en el aire , el denso aroma que se aproximaba. La torre quedaba a más de unos mil metros ; detrás de pequeñas casas se podían dislumbrar los atisbos de la noche negra, que se se expandía y breves relámpagos hacían de que esta, se consumiera lentamente con el fuego del infierno. Majestuosa, imponente se revelaba detrás de las sombras. Lo que más me atemorizaba era de que esas chispas podían llegar a mi en cualquier momento, desde la lejanía se podían apreciar como a cada segundo, el fuego consumía la gran torre. De pronto la soledad invadió las calles que nos rodeban y ese gesto provocó un temor insospechado que nos hizo contemplar la torre con mucho más escalofrió desde la lejanía. En casi una hora de haber comensado el fuego, está se precipitó al fuelo y las grandes llamaradas levantaron un viento grotesco que sacudió las casas y los muros . Esto hizo que cada uno de los miembros de esta familia quedara perpléjo, en silencio en las sombras de la noche.

Comentarios