Noches de Bohemia

En una época no muy lejana
(no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches
de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de
afrontarla. La
Noche era el refugio, era mi refugio
y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria
noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no
se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no
sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.
Bohemia es una palabra que tiene
muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es
más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.
Como un mal hábito, como
esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo
arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como
un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto,
incierto y miserable.
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